viernes, 10 de septiembre de 2010

AL SERVEI DEL CANVI

Entrevista de Manel Fuentes a Ramón García Bragado (4art Tinent d'Alcalde de l'Ajuntament de Barcelona) pel cas de l'Hotel del Palau de la Música. Els Matins de catalunya Ràdio. 09-09-2010
“Si Montull avui diu: sí, sí…, jo vaig enviar aquesta carta…”
“Si Montull diu: no, no…, jo, a més a més en vaig parlar…, en quina situació queda vostè i el Sr Massaguer?”

Aquestes preguntes que formula el Sr Fuentes a Ramón García Bragado demostren que l’impecable periodista atorga més credibilitat al Sr Montull, soci i còmplice de Millet en l’expoli del Palau de la Música, que al que ha estat responsable polític de l’Urbanisme de Barcelona…

El Sr Fuentes, al que molts recordem pel seu esplèndid paper de col·laborador de Crónicas Marcianas es transforma en un autèntic depredador i fustiga amb un carrusel de preguntes, reflexions i deduccions, al Sr García Bragado, en una mena de creuada anticorrupció al més pur estil dels jutges i periodistes “estrella”.
Es diria que agafa tant de protagonisme que acaba perdent el sentit de la seva feina com informador emetent judicis sense fonament i conclusions errònies.

Només així, dins d’aquesta tensió que posa a les entrevistes que fa als membres de la família socialista catalana, s’explica que encara no hagi entés (i ja li ha explicat el propi García Bragado i el Conseller Castells) que la Generalitat no ha perdut els 5,5 milions d’euros derivats del conveni signat, perquè nomès els cobraria com a contraprestació si s’arribés a construir l’Hotel. Cas contrari, òbviament recuperaria l’edificabilitat transpassada.
Només així s’explica que no s’hagi informat que convenis com aquest, estan regulats per la llei d’urbanisme i són pràctica habitual que acompanyen a moltes de les operacions urbanístiques per a concretar i assegurar el just repartiment de beneficis i càrregues.

Nomès així s’explica que no vulgui entendre que en qualsevol tramitació urbanística, l’Administració ha de comprovar la titularitat del sòl de la única manera que es pot fer, és a dir, mitjançant el Registre de la Propietat. Ni el rebut de l’IBI, ni una comunicació del Col·legi Oficial d’Arquitectes, ni el propi Cadastre poden ser considerats als efectes de certificar títol de propietat… L’Administració no pot saber ni pot controlar l’existència de contractes privats que afectin la titularitat del sòl… Quan es produeixen, són els privats qui ho han de notificar a l’Administració de manera fefaent…

Perquè llavors, el periodista dona per fet que s’està prevaricant o, fins i tot, insinua que els responsables municipals haurien de dimitir per incompetents?

És evident que l’entrevista del Sr Fuentes al Sr Garcia Bragado, com ja va fer anteriorment amb el Conseller Castells, ni és rigorosa (perque el periodista desconeix la matèria en la que s’introdueix impúdicament) ni és imparcial…

És per això que l’estil populista del periodisme del Sr Fuentes sembla fet més al servei del canvi que no al servei de la informació.

lunes, 23 de agosto de 2010

CAMBIO DE CICLO

Durante años de democracia hemos construido un Estado del Bienestar sobre la base de una riqueza efímera..., un gigante con pies de barro.
Las necesidades y las carencias sociales heredadas del franquismo eran argumentos suficientes como para iniciar una transformación social que había de priorizar los derechos de ciudadanía por encima del resto de los cambios que se iban a producir.
Durante tres décadas hemos construido una red de escuelas y bibliotecas públicas que garantizan la escolarización universal y gratuita y el acceso a la cultura para todo el mundo.
Hemos construido hospitales y centros de asistencia primaria para asegurar una sanidad pública de calidad. Hemos transformado el espacio público, con plazas, parques y jardines como lugares para la relación y la convivencia. Hemos hecho vivienda pública digna para aquellos que menos posibilidades tienen. Instalamos rampas y ascensores, desarrollamos una red de transporte público propia de una sociedad moderna y avanzada, implantamos políticas de asistencia domiciliaria, de cuidado a los mayores, redes de protección social a los parados, políticas de integración de la nueva ciudadanía o ayudas para el fomento de la natalidad..., en definitiva, actuaciones, en general, para hacer mayor, más tupida y más segura, la red de protección social que evite la exclusión y el abandono de aquellas y aquellos que puedan quedar descolgados del tren del progreso.
Hemos hecho muchísimas cosas, y muy buenas, en estos 30 años. No sería justo ni razonable, negar el valor del esfuerzo y la ilusión que en todos estos años hemos puesto para mejorar la sociedad de nuestros padres.
Sin embargo, a toro pasado, deberíamos convenir en que alguna cosa no se debió hacer bien en todo este tiempo.
Seguramente errores propios de una democracia joven y por otra parte, también fallos lógicos de una democracia pensada desde la dictadura, y por lo tanto, sin experiencias previas, solo una poderosa voluntad de cambio y de justicia social.
Hicimos escuelas y hospitales públicos con los recursos que la Administración recibía de los ingresos del ladrillo.
Hemos extendido las coberturas sociales con recursos, entre otros, provinientes de impuestos que nada tienen que ver con la progresividad fiscal, como el IVA o el impuesto sobre los hidrocarburos...
Hemos trabajado, desde las administraciones, con la laxitud de los créditos bancarios, con los préstamos amables y con la connivencia de las entidades financieras que apostaban el dinero de todos en lo que ahora los expertos llaman productos tóxicos...
Y lo que es más preocupante, entre todos hemos llegado a creer que los recursos eran ilimitados y que podíamos seguir creciendo exponencialmente sin ningún problema sin darnos cuenta que la mochila del gasto social era cada vez mayor y las fuentes de donde obteníamos los recursos se iban agotando.
Poco o nada, en todo este tiempo, sobre el cambio del modelo productivo del que tanto se habla ahora.
Poco o nada en estos años, en políticas que incentivaran nuevas economías, en el fomento de la investigación y el desarrollo tecnológico.
Ciertamente en estos años del boom del tocho, en los que la casi certeza de beneficios rápidos y cuantiosos hacía que la inversión privada tuviese un interés nulo por las nuevas economías, era precisamente cuando desde la Administración, a la que se le debe exigir una mayor y más amplia perspectiva, se debía actuar para implantar y consolidar una nueva cultura de economía productiva... Pero ya se sabe..., el dinero fácil es siempre una tentación, incluso para la Administración y aunque sea para destinarlo a fines tan nobles y justificados como consolidar la igualdad de derechos y oportunidades y mejorar la cantidad y calidad de los servicios públicos.
Llegados a este punto, en el vestíbulo del siglo XXI, me pregunto qué podemos hacer ahora, con una tasa de paro que supera el 20% y que dispara el gasto social, con casi un millón de viviendas vacías en el mercado inmobiliario que no hay manera de vender, con un tejido empresarial endeudado y prisionero de los bancos que no tienen o no sueltan crédito o con unas administraciones públicas que ya no pueden seguir pagando los servicios que ofrecían...
¿Nos equivocamos, entonces, en la manera de generar recursos o bien en la cantidad de servicios públicos que debíamos ofrecer?
Seguramente un poco de ambas cosas...
Es evidente que con ingresos variables (aunque durante años parecieran fijos y hasta infinitos) no se debería financiar la mochila del gasto social ni pagar los servicios básicos, ni el sueldo de los trabajadores públicos..., pero también debe haber algo de verdad, y cada día que pasa estoy más convencido, en que con la mejor de las voluntades hemos asumido obligaciones que van mucho más allá de la competencia de las administraciones (locales) y de su capacidad financiera real y por ello, ahora, algunas fórmulas que se están planteando recientemente como el "co-pago" de algunos de los servicios públicos no se deben descartar de antemano.
Quizás, en adelante, deberemos trabajar para que desde las administraciones se ofrezcan los servicios justos y necesarios pero no más. O para éstos se financien con ingresos fijos y no variables, para profundizar en un auténtico cambio de modelo productivo basado en la investigación y el desarrollo tecnológico y en las economías orientadas a los servicios a las personas...
Quizás, en adelante, tendremos que ser más exigentes con nuestros governantes en la lucha contra el fraude o contra la existencia de paraisos fiscales, o por la implantación de una mayor progresividad en los tributos y una mejor redistribución de la riqueza.
Seguramente, a partir de ahora, tendremos que empezar a cambiar aquel esquema mental, que hemos ido construyendo en estos 30 años, según el cual, tener dos casas, dos o tres coches e ir de vacaciones a Santo Domingo está dentro de la normalidad...
Estamos en algo más importante que una crisis profunda. Estamos ante un cambio de ciclo, cultural y económico. Y en los cambios de ciclo conviene también cambiar de mentalidad y predisponernos para hacer las cosas de diferente manera y sobretodo de manera más equilibrada y sostenible.

domingo, 18 de abril de 2010

GUARDIA URBANA

Aunque algunos se empeñen en negar la evidencia, la Guardia Urbana de L'Hospitalet no está funcionando bien.
Algo pasa y, de momento, no parece que se haya encontrado solución.
El responsable de la Guardia Urbana puede asegurar sin rubor que este servicio público funciona perfectamente pero lo cierto es que el grado de absentismo es enorme, el número de bajas entre los agentes alcanza en ocasiones niveles asombrosos y además, la estructura y cadena de mando parece que no está clara.
Sin ir más lejos, el que durante años fue superintendente ahora es asesor (cargo de confianza política muy bien pagado), se supone que del responsable político. ¿Quiere decir ésto que ahora es de confianza y antes no lo era? ¿De qué depende entonces la calidad del servicio? ¿de que estén al servicio del político, como ahora o de la profesionalidad?
De nada vale negar la evidencia de los problemas: UGT i CSIF convocan movilizaciones cada martes (a partir del 20 de abril) y cada viernes ( a partir del 23 de abril) como medidas de protesta y reivindicación.
CCOO, en su informativo núm.168 del mes de abril también emplaza al responsable de la Guardia Urbana a solucionar los problemas y a cumplir con sus compromisos.
¿Es posible que todos los sindicatos de hayan puesto de acuerdo para perjudicar a alguien? ¿o quizás es más probable que realmente existan problemas que se deben solucionar?
La arrogancia y desviar la atención no son las mejores fórmulas para poner remedio y mucho menos cuando lo que está en juego es el interés público de los ciudadanos. Hablamos de un servicio público de vital importancia que en estos momentos, ciertamente no funciona bien.
Es de esperar que los reponsables políticos estén a la altura de su responsabilidad y se pongan manos a la obra.
No es necesario que nos den la razón a los que nos quejamos..., simplemente que lo arreglen... y que demuestren que són útiles a los ciudadanos que es a quien nos debemos.

viernes, 15 de enero de 2010

¿QUIEN PAGARÁ LA CRISIS?

Cuando los recursos económicos escasean, los gobiernos de progreso tienen tendencia a subir los impuestos para equilibrar los ingresos públicos y poder así hacer frente a las políticas públicas, subsidios, sanidad, educación, servicios, etc...
Cuando hay crisis, la inversión privada baja i los impuestos aumentan (esa es la tentación de los gobiernos de izquierdas).
Pero pongamos un ejemplo...
¿Qué significa, a quién beneficia i a quién afecta en mayor grado el aumento del IVA?
En primer lugar, el aumento del IVA comporta para el Estado una mayor cantidad de ingresos que provienen de un impuesto que graba el consumo.
En segundo lugar, esos ingresos se supone que irán destinados a sufragar políticas públicas a las que todos los ciudadanos, por igual, tienen acceso.
La tercera cuestión merece, sin embargo, un análisis más cuidadoso.
Vayamos por partes. Un trabajador medio que gane 1.200/1500 euros mensuales, en condiciones normales, con una hipoteca (o alquiler), gastos familiares, etc..., no tiene capacidad de ahorro y por lo tanto, destina todo su sueldo (50/60% una vez restado lo que destina a vivienda) al consumo. Así pues, un impuesto como el IVA graba el 50 o 60 % de su sueldo.
Sin embargo, un tabajador que gane 3000 o 3500 euros, puede destinar a ahorro el 50% de su sueldo ( a salvo de los impuestos que graban el consumo) y por lo tanto el IVA solo afectará el 20 o 25 % de su sueldo.
Conclusión:
El IVA no es un impuesto progresivo y, por lo tanto, es por naturaleza, injusto, pero además, queda claro que son las clases sociales menos pudientes las que sin embargo realizan un mayor esfuerzo para con la economía pública que es la de todos.
Vaya negocio...

jueves, 14 de enero de 2010

¿CAMBIO DE MODELO PRODUCTIVO?

Ya hace algún tiempo que veníamos oyendo hablar a nuestros gobernantes de la necesidad de abordar un "cambio en el modelo productivo", mientras, por cierto, esos mismos actores continuaban exprimiendo y sacándole jugo a un mercado inmobiliario, hinchado, sobredimensionado y artificial, que producía rápidos e impresionantes dividendos y que hacía que el país creciera a ritmo vertiginoso pasándole la mano por la cara a Italia y acercándose amenazante a Francia o Alemania...
Sin embargo, nada más lejos de la realidad; un gigante con pies de barro...
Con la misma velocidad que se creaba empleo también se ha destruido situándonos hoy en unos niveles de desempleo, solo superados en Europa, por Letonia.
¿Qué ha pasado?
¿Habrá que cambiar definitivamente el modelo productivo?
Productividad, Innovación, Investigación, son conceptos que hoy están en boca de aquellos que nos dirigen hacia la recuperación..., pero ¿qué significan, de verdad, en un país donde la construcción, el automóvil y el turismo representan más del 50% del PIB?
El cambio de modelo quiere decir que construiremos menos, haremos menos coches y dependeremos menos de los servicios vinculados al turismo, para hacer y producir otras cosas que mantendrán nuestro PIB e incluso lo incrementarán...
Pero si el futuro pasa por tener una economía más vinculada al conocimiento y la investigación, el cambio de modelo implicará que los trabajadores de la construcción (albañiles, encofradores...) del motor (por ejemplo, operarios de las cadenas de montaje) y del sector servicios (como los trabajadores de la hostelería) pasarán, por arte de birlibirloque, a desarrollar trabajos de investigación con mayor valor añadido...
Aquí hay trampa... alguien vende humo porque ésto, óbviamente no es posible.
En consecuencia, y a la vista que un cambio de modelo de ese tipo requiere una transformación que va desde la escuela hasta la reforma del mercado laboral y que en algunos paises como Finlandia ha durado no menos de diez años, no se puede entender que la recuperación económica (que ha de ir de la mano del cambio del modelo productivo) se anuncie para dentro de pocos meses.
¿Qué pasará con el 20% de paro? ¿Irán todos a la investigación?
¿Y la productividad? Si somos más productivos (quiere decir que hacemos más con menos gente), ¿Qué pasarán con los que sobran?
Si fuésemos serios y honestos, deberíamos aceptar y explicar que el tan cacareado "cambio de modelo" es necesario y hay que abordarlo seriamente, aunque siendo conscientes que en un país donde el empleo y la economía están tan ligados a actividades de bajo valor añadido, necesitaremos 15 o 20 años para conseguirlo.
Mientras tanto, será paradógicamente el sector inmobiliario (el mismo que nos ha llevado al abismo) la tabla de salvación que nos permitirá flotar hasta que transformemos nuestra economía.
No nos queda otro remedio... aunque ya se vean los brotes verdes.

martes, 22 de diciembre de 2009

URBANISMO SOCIAL

Mejorar los índices de desarrollo humano así como la calidad de vida de los habitantes de un territorio a través de la práctica urbanística podría ser la esencia de lo que se llama "Urbanismo Social".
A menudo, columnistas, políticos o inversores inmobiliarios hacen uso de este término para poner en valor y publicitar actuaciones urbanísticas que poco o nada tienen que ver con lo social.
"Microcirugía urbana", "clúster de excelencia", "urbanismo social" y muchos otros, son todos ellos, términos acuñados, en su mayoría, por teóricos y profesionales del urbanismo, pero que hoy se utilizan, en ocasiones, de manera propagandística sin demasiado criterio.
Cuando la política urbanística va más allá de la ordenación del territorio y de la arquitectura, y situa a las personas en el centro del discurso de la ciudad, es entonces cuandos nos acercamos al "Urbanismo Social".
Ese urbanismo que se pone al servicio de las personas; ese urbanismo cívico que se basa en la transparencia y la participación ciudadana, ése es el "Urbanismo Social".
Se trata de un modelo de urbanismo sostenible, transparente y participativo que apuesta claramente por la vivienda protegida y la calidad de los espacios públicos.
Así pues, algunas de las actuaciones más rimbombantes de esta ciudad, poco tienen que ver con el "Urbanismo Social", por más que se repita de manera más o menos continuada todo lo contrario.
Ejemplo:
La Plaza Europa, es probablemente una de las nuevas centralidades del Área Metropolitana y contiene una arquitectura (todo es discutible) que en lineas generales, me parece de una calidad excelente. Sin embargo, no se puede olvidar que fuera de la coyuntura de los últimos años y de la burbuja inmobiliaria, su resultado habría sido completamente diferente. Gran cantidad de viviendas vacías, grandes promotoras en concurso de acreedores, una inmensidad de metros cuadrados de ofinas por ocupar y todo a precios exhorbitantes.
Tampoco hay que olvidar que, en su gestación, los procesos participativos fueron testimoniales o sencillamente inexistentes, y lo más importante; en ninguno de los dos ámbitos urbanísticos que conforman la Plaza Europa se cumplen los porcentajes mínimos de reserva de techo residencial para la construcción de vivienda pública.
Así pues, quizá sea un buen ejercicio de ordenación urbanística o de arquitectura (no lo dudo).
Quizá haya contribuido a mejorar la percepción exterior de la ciudad.
Quizá haya reportado ingresos a las arcas municipales que hayan contribuido a mejorar la situación económica de la ciudad.
Quizá todo ésto sea cierto..., pero no es "Urbanismo Social".
Quizá también necesitemos, en la ciudad, poner en marcha un auténtico "Urbanismo Social".
Porqué no empezar por apostar firmemente por la vivienda pública y obligar a los promotores a reservar un 50% (un 10% más de lo que establece la legislación catalana) del techo residencial de nueva creación para ese fin?

lunes, 14 de diciembre de 2009

"PROHIBIDO PROHIBIR"

No es éste un alegato con el que pretenda reivindicar aquel eslógan de los jóvenes burgueses del mayo del 68 "prohibido prohibir" con el que pretendieron acabar con el concepto clásico de autoridad basada en los estamentos del poder, que aunque en buena medida consiguieron su objetivo, también produjo indeseables resultados en algunos ámbitos como el de la educación.

Sin embargo, en su espíritu había una reacción social y espontánea contra determinadas imposiciones del estado y de sus gobernantes que, por cínicas y contradictorias en muchas ocasiones, bien merecían esa revolución.

Cuarenta y un años después, con la democracia absolutamente consolidada y cuando mejor deberíamos estar en la cuestión de los derechos y deberes, paradógicamente, quizá sea necesario volver a recuperar el viejo espíritu de los jóvenes franceses del 68 y su "prohibido prohibir"...

Que está pasando con nuestros gobernantes?
Porqué hoy, todavía se mantiene un grado tan alto de cinismo en algunas de las políticas que se llevan a cabo?

Se permite la venta de tabaco, que reporta importantísimos ingresos al Estado pero sin embargo, se prohibe fumar en los espacios públicos...
Porqué no se prohibe entonces la fabricación y comercialización de cigarrillos?... quízá ese sería un modo mucho más efectivo de preservar la salud, aunque claro, no habría ingresos...

Se nos venden vehiculos de alta cilindrada y el Estado los graba especialmente por su elevada potencia pero sin embargo, se prohibe circular a más de 120 Km/hora...
Porqué no se prohibe entonces la fabricación de motores tan potentes y se limita la potencia para que no puedan superar la velocidad máxima?... quizá así aseguraríamos de antemano que nadie podrá imitar a Fernando Alonso en la carretera y se evitarían más accidentes... aunque claro, que pasarían con todos los ingresos que recibe el Estado de la Industria del automóvil?...

Qué pasa con esta democracia que permite que los estados nos embauquen y nos prohiban a la vez?

Habrá que volver al prohibido prohibir?

Habrá que reflexionar por lo menos... y hacerlo, si puede ser, en voz alta... cuantos más mejor, aunque de momento solo sea en el patio...